domingo, 20 de noviembre de 2011

Nada.

Sólo buscaba dejar todo atrás. Olvidar. Comenzar a vivir como tenía que ser. ¿Era tan difícil? Si no lo era, ¿entonces por qué lo hacía parecer difícil? 
La vida va más allá de mis preocupaciones, aquellas que vuelven indefinidamente sin querer realmente molestar a los demás. ¿Qué significaría yo para los demás? No sé si ahora importe, pero quería saber qué podía llegar a ser. Todo da mil vueltas, y las drogas ya no son mis aliadas, se han ido esfumando dejando un efecto que no me servirá para sentirme mejor. 
Debería probar más cosas, arriesgarme más, vivir intensamente. No debería necesitar la ayuda de nadie. ¿Qué importaría si alguien descubre lo que realmente pienso? Nadie podría hacerlo, nadie podría descifrarme. Nadie, siquiera, podría llegar a sentirse como yo lo hago ahora. 
Saltar, debería aprender a saltar sin tropezar al caer. Correr por las calles sin nada que pueda afligirme, ni siquiera que pueda llegar a morir si corro a altas horas de la noche. ¿Qué importa? Nada importa en realidad, nada me importa. ¿Por qué debería importar lo que los demás piensen de mi? Es absurdo que me importe lo que la sociedad piense de mi, soy yo… Nada hará que cambie de parecer.

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