jueves, 19 de enero de 2012

Mi vida sin mi.

A veces puedo llegar a un punto en el que te extraño tanto que puedo escuchar el eco de tu voz en mi cabeza. Y puedo escuchar el sobrenombre que usabas para llamarme, las palabras que utilizabas para hablarme. He memorizado tu risa, tu sonrisa y esa manera tonta de verme. También puedo sentir tus brazos alrededor de mi y no los quiero dejar ir a pesar de que sé que es sólo una ilusión. Cada vez que suena el teléfono, sonrío, porque creo que me estás llamando (por fin). Cada vez que escucho tu nombre, mi corazón late 100 veces más rápido y, a veces, no puedo hasta respirar. Sabía que mirando hacia atrás con mis lágrimas llenando mi vista me harías reír, pero nunca supe que mirar hacia atrás riendo también me podría hacer llorar de nuevo. Todo lo que quiero es ir atrás en el tiempo, no al día que te ví por primera vez, quiero ir pasado… cuando no eramos nada, absolutamente nada el uno para el otro, sólo extraños. Pero no importa qué haga, eres abnegación. Oculto mis sentimientos para que nadie lo sepa. Pongo una sonrisa falsa y no dejo salir una sola lagrima. Estoy tan acostumbrado a ocultar mis sentimientos que nunca me doy cuenta del dolor que me estoy causando a mí mismo. Mis pensamientos se vuelven invisibles. Sin embargo todavía están ahí, pero nadie lo sabe. Al igual que una carta de amor que nunca entregué. Y que no está dañando a nadie sino a mí mismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario